EL TURISMO INTERNO CRECE Y LOS COLOMBIANOS REDESCUBREN EL ENCANTO DE “PUEBLEAR”
Santander,
epicentro de la experiencia “pueblear”
Dentro
de esta tendencia, Santander se consolida como un destino estrella gracias a su
riqueza cultural y natural. Barichara, fundado en 1705 y declarado Monumento
Nacional en 1978, es considerado por muchos como “el pueblo más bello de
Colombia”. Sus calles empedradas color ocre, fachadas coloniales y su imponente
iglesia lo convierten en una obra viva del patrimonio nacional. A pocos
kilómetros, Curití enamora con su tradición artesanal en fique y su entorno
natural; San Gil se mantiene como la capital del turismo de aventura; y
Zapatoca sorprende con su clima primaveral y su arquitectura bien preservada.
Quienes
buscan comodidad y acceso estratégico a estos destinos encuentran en Hotel Punta Diamante una
opción ideal. Ubicado a pocos minutos de Bucaramanga, este complejo ofrece
alojamiento de primer nivel, gastronomía variada y facilidades para planificar
recorridos por los pueblos de la región. “Hemos visto un incremento del 18% en
huéspedes que vienen con el propósito específico de visitar pueblos patrimonio
de Santander. El clima, la cercanía a varios destinos y la calidad de los
servicios nos convierten en un punto de partida perfecto para explorar la
región”, afirma María
Alejandra Castillo, gerente general del hotel.
Pueblos
Patrimonio: guardianes de la identidad colombiana
La
Red Turística de Pueblos Patrimonio, creada por el MINCIT, agrupa municipios
con alto valor cultural, arquitectónico e histórico que representan la esencia
del país. Estos pueblos, más que simples destinos turísticos, son guardianes de
la identidad colombiana. En ellos, cada plaza, iglesia y mercado local cuenta
una historia. En 2025, ocho municipios fueron seleccionados para postularse a
los premios Best Tourism
Villages de ONU Turismo, reafirmando el reconocimiento
internacional a la calidad de la experiencia que ofrecen.
Santander,
con Barichara y Zapatoca dentro de esta red, comparte protagonismo con otras
regiones. Antioquia ofrece joyas como Jardín, Santa Fe de Antioquia y Jericó,
conocidos por sus flores, balcones coloridos y tradiciones religiosas. Boyacá
destaca con Villa de Leyva, Monguí y Tinjacá, que transportan al visitante a la
época colonial. El Caribe también aporta con Mompox, Patrimonio de la
Humanidad, donde las calles y casonas son testigos de siglos de historia
fluvial.
Una
oportunidad para la economía local
El
crecimiento del turismo interno no solo es una buena noticia para los viajeros,
sino también para las economías locales. Restaurantes, hoteles, artesanos y
operadores de turismo se benefician directamente de esta tendencia. Según
cifras de ProColombia, por cada peso invertido en turismo local se genera un
impacto multiplicador en transporte, gastronomía y comercio de hasta 3,5 veces
su valor.
Con costos más accesibles que un viaje internacional, una oferta cultural y natural inigualable y una infraestructura turística en expansión, “pueblear” se consolida como la forma más auténtica y enriquecedora de viajar por Colombia. Desde las montañas de Santander hasta los balcones floridos de Antioquia, los pueblos patrimonio invitan a recorrerlos, vivirlos y volver a ellos una y otra vez.

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