Talisker, Crédito Mateo Páez |
Esta fecha que conmemora la pasión y la sostenibilidad en el sector turístico es festejada por Talisker desde la isla de Skye, en Escocia, un espectacular destino que ha sido el hogar de su destilería desde 1830 y que hoy sirve como inspiración para hablar de cuatro aventuras apasionantes.
Principio 1: Encontrarás a un maestro en el lugar menos esperado
Santiago Acosta - @sacostamen
Así como el mar define los sabores y el carácter de Talisker,
también ha marcado el espíritu indomable de Santiago Acosta, un apasionado del
kitesurf que aprendió a domar las olas en la Alta Guajira.
“En febrero de 2019, llegué al Cabo de la Vela y sin planearlo,
unos miembros de la comunidad wayúu me enseñaron en dos días los principios
básicos de esta disciplina. Esa es la magia de este tipo de viajes: te enseñan
que puedes aprender del que menos esperas.
El kitesurf es una de las mejores cosas que me ha pasado en la
vida porque estás en contacto con los elementos, con el agua y el viento y
además, te enseña a soltar el control. En el kite, uno tiene una barra para
controlar la cometa y si uno se va a dar un golpe, hay que relajar las manos lo
más posible para bajar la potencia y tener un impacto leve. Así debería ser la
vida: dejar fluir, soltar el control y aceptar que la vida traiga nuevos
cambios.
Otra de las mejores cosas de esta disciplina es que creó un
sustento para varios habitantes de la región que tuvieron la oportunidad de
empezar a viajar por el mundo practicándola. Esos wayúu se convirtieron en unos
maestros de vida y el kitesurf los llenó de esperanzas y sueños en una región
con grandes problemas sociales. Incluso, vi cómo uno de ellos se fabricó su
equipo con una bolsa negra de plástico para imitar la estructura de la cometa y
su tabla era la tapa de una nevera de icopor. Después de verlo entendí que todo
es posible si lo crees”.
Principio 2: En los viajes como en el amor, aventúrate sin temor
Alejandro Campo - @alejoexplora en Instagram
“En un viaje a Bolivia y Perú que organicé junto a mi hermano
para 30 personas, conocí a Diana. Cuando la vi, fue como amor a primera vista.
El trato con ella fue especial desde el primer momento y además me convertí en
un tipo de guía y sherpa personalizado porque por mala información antes de
emprender el viaje, ella llevaba maletas de ruedas a una travesía de mochileros
(risas).
En el Salar de Uyuni, buscamos la Vía Láctea al amanecer y en
medio de un frío que atravesaba los huesos, empezó a suceder la magia. La
galaxia se descubrió frente a nosotros y me mostró la panorámica más
impresionante que había visto en la vida. No entiendo porque, pero Diana y yo
nos tomamos de la mano, mientras estrellas fugaces pasaban sobre nosotros y se
nos escurrían las lágrimas. La energía y la conexión que sentimos fue única y
durante esa expedición también pudimos viajar a otros escenarios naturales
espectaculares como la montaña de los Siete Colores y la Laguna de
Humantay”, recuerda Alejandro.
Así como la destilería Talisker abraza los elementos naturales
que cambian constantemente en la isla de Skye, Alejandro fue resiliente y se
adaptó a un 2020 donde al reto de la pandemia se le sumó la aventura de un amor
a distancia (porque la Diana de esta historia vive en Estados Unidos).
Principio 3: Encuentra el sentido de tu viaje
Antonio Galvis - @antonio_galvis en Instagram
Bajo la narrativa de Talisker, los aventureros son los que nadan
bajo un cielo abierto y no los que intentan sumar millas subidos en un avión, y
ese es precisamente el principio que encarna Antonio Galvis, fotógrafo y
apasionado por la adrenalina.
“Me perdí por estar tomando una foto. Estaba con un grupo en la
Sierra Nevada del Cocuy y media hora después de lograr la toma perfecta, vi que
el grupo estaba caminando a lo lejos. Decidí cortar camino y lo que hice fue
alejarme. Jamás pensé que esa decisión me llevaría a estar ocho horas perdido
con temperaturas bajo cero a una altura de 4.300 metros.
Grité el nombre de mi hermano que estaba en el grupo de
exploradores sin encontrar respuesta. Caminé sin parar y en medio de la
angustia, encontré unas cavernas con hielo que me deslumbraron con su belleza.
Al final, unos guardabosques me encontraron y pese a que fue una de las
experiencias más traumáticas de mi vida, ese páramo sigue siendo un lugar que
visito frecuentemente.
Con las redes sociales, la gente le perdió el sentido a viajar,
a conocer, a adentrarse en las culturas y los destinos. Creo que esta aventura
me sirvió para entender que hay que hacer un turismo responsable no solo con la
naturaleza sino con uno mismo; que no se debe viajar por viajar, sino que hay
que moverse cuando uno siente que debe hacerlo tal como lo hacen los pueblos
nómadas cuando el clima empeora o cuando deben buscar comida”.
Principio 4: Rompe con las expectativas que los otros tienen de
ti
Juan Camilo Vélez - @kasedna_travel en Instagram
“En 2014 renuncié al trabajo y decidí irme a Australia a
estudiar inglés. Abandoné la arquitectura y decidí afrontar un nuevo reto en
una cultura y un país a miles de kilómetros de distancia, rompiendo con los
esquemas y con el qué dirán de la familia y los amigos.
Mi visa de estudio llegó a última hora y mi familia quedó
sorprendida de mi decisión. Supuestamente iba a estar seis meses, pero terminé
viviendo allá dos años. Trabaje en todos los empleos posibles y ahí es cuando
uno se da cuenta que el ser humano cuando está bajo presión es capaz de sacar
lo mejor de sí mismo. Con lo que ahorre pude ir a China mes y medio y sin saber
el idioma, me la gocé totalmente.
Todos tenemos la opción de arriesgarnos y salir de la zona de confort. Después de esa experiencia fue cuando entendí que era posible dedicarme a viajar por Colombia y desde 2016 tengo la oportunidad de recorrer este increíble país lleno de ecosistemas y gente única”, asegura Juan Camilo, un aventurero con el sello Talisker que invita desbloquear el espíritu salvaje y conectar con la naturaleza.
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